En Valverde de la Vera todo envuelve al viajero en un ambiente de siglos y tradición que se preserva con celo. Conocer nuestra villa es dar un paseo por sus calles, con el añejo sabor de un pueblo que conserva su pasado y tradición. Valverde de la Vera es uno de los pueblos de la comarca que mejor muestra al visitante la arquitectura popular verata. Aquí y allí, los rostros enmudecen al contemplar el hermoso legado popular y el particular tipísmo antiguo que se ofrece ante los ojos incrédulos del viajero.
Son calles típicas de la arquitectura judeo-medieval estrechas y tortuosas para combatir el frío del inviern
Con sus regueras que fluyen juguetones por el centro del empedrado, para distribuir el agua de riego de las huertas y facilitar la limpieza del casco urbano.
Una sensación que se siente en cada fachada, en cada esquina, en espacios de siglo ganados al tiempo y en la serena expresión de los ojos de sus gentes.
Con sus regueras que fluyen juguetones por el centro del empedrado, para distribuir el agua de riego de las huertas y facilitar la limpieza del casco urbano.
Una sensación que se siente en cada fachada, en cada esquina, en espacios de siglo ganados al tiempo y en la serena expresión de los ojos de sus gentes.
Casas Típicas
Son calles típicas de la arquitectura judeo-medieval estrechas y tortuosas para combatir el frío del invierno
Con sus regueras que fluyen juguetones por el centro del empedrado, para distribuir el agua de riego de las huertas y facilitar la limpieza del casco urbano.
Una sensación que se siente en cada fachada, en cada esquina, en espacios de siglo ganados al tiempo y en la serena expresión de los ojos de sus gentes. La mayoría de estas viviendas están construidas con muro de piedra en planta baja, adobe con entramado de madera en primera planta y sobrao, un elemento característico de la casa verata, cuya función termo aislante del frío y humedad le hicieron imprescindible. Es la tabla de ripia de castaño, pues además de cumplir dicho fin dota de una sobria y austera belleza a este singular municipio.
Con sus regueras que fluyen juguetones por el centro del empedrado, para distribuir el agua de riego de las huertas y facilitar la limpieza del casco urbano.
Una sensación que se siente en cada fachada, en cada esquina, en espacios de siglo ganados al tiempo y en la serena expresión de los ojos de sus gentes. La mayoría de estas viviendas están construidas con muro de piedra en planta baja, adobe con entramado de madera en primera planta y sobrao, un elemento característico de la casa verata, cuya función termo aislante del frío y humedad le hicieron imprescindible. Es la tabla de ripia de castaño, pues además de cumplir dicho fin dota de una sobria y austera belleza a este singular municipio.
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